Baal HaSulam describe todo este proceso en su «Introducción a El Libro del Zóhar«:
- En el Estado 1, el Creador creó Ein Sof, y a través de los cinco mundos de Adam Kadmon, Atzilut, Beriá, Yetzirá y Asiá (AK y ABYA), bajó al ser creado hasta este mundo.
- En el Estado 3, el ser creado regresa, por sus propios esfuerzos, al nivel de Ein Sof.
- Todo el proceso de retorno del ser creado a Ein Sof se denomina Estado 2.
¿Cuál es la diferencia entre Estado 1 y Estado 3? En Ein Sof, el ser creado existe completa y perfectamente en el pensamiento de la creación para hacer el bien a Sus creaciones. La Luz y la vasija están unidas en un estado inmutable—el único estado que el Creador creó, que es eterno y perfecto. Sin embargo, en este estado, el ser creado es como un feto en el vientre de su madre, en el grado raíz del grosor del deseo (Aviut de Shoresh), donde solo siente la luz de Nefesh, una luz básica, mínima. Para alcanzar la adhesión con el Creador, el ser creado debe someterse a la construcción de su vasija, como si él mismo creara el deseo de adherirse al Creador.
El ser creado carece de esta deficiencia, el deseo de adherirse al Creador. Para desarrollarla, el ser creado necesita descender a un estado opuesto a Ein Sof y, a través de su propia voluntad, ascender de nuevo a Ein Sof con esta deficiencia, que es un proceso llamado «elevar MAN«. Esto se hace mediante la plegaria y las buenas acciones. En otras palabras, a través de las correcciones, el alma asciende a Ein Sof.
Para realizar este trabajo, necesitamos poseer dos fuerzas opuestas, dos «ángeles». Estas dos fuerzas, que son las cualidades de la Luz y la vasija, ya existen en Ein Sof en perfección y adhesión. Para que se conviertan en opuestas, tiene lugar una acción espiritual llamada «la ruptura de las vasijas». En este proceso, la pantalla (la conexión entre la vasija y la luz) se rompe. Como no hay nada que los conecte, empezamos a sentir dos fuerzas separadas dentro de nosotros: la lucha entre las fuerzas del bien y del mal, la inclinación buena y la inclinación mala. La fuerza buena es la chispa del Creador llamada «parte de la Shejiná (Divinidad) arriba». La fuerza del mal es el corazón de piedra, Amalek, y las tres cáscaras impuras (Klipot).
Estamos en el medio, entre estas dos fuerzas, el bien y el mal, como Klipat Noga, que no es ni bueno ni malo. Depende de la fuerza con la que nos alineemos: el bien o el mal. Por eso, Klipat Noga se llama «mitad bueno y mitad malo».
¿Cómo podemos saber dónde está el bien y el mal? Nuestro camino está siempre lleno de descensos y ascensos, ascensos y descensos. Primero, entramos en la línea de la izquierda, vemos que es mala, y nos movemos a la línea de la derecha, luego de nuevo volvemos a la izquierda, y una vez más nos movemos a la derecha. De este modo, nos movemos entre estas dos fuerzas y ascendemos hasta el final de la corrección.
Es imposible subir un escalón directamente. Primero tenemos que caer a la izquierda, ver que es malo y luego movernos a la derecha. ¿Por qué no podemos movernos a la derecha desde el principio? Es porque, por naturaleza, al principio nos atrae la inclinación al mal, como está escrito que «la inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud.»
Información sobre Lucha contra la inclinación al mal
Cumplir la voluntad Superior
Cuando dirijo una lección, por un lado soy solo un robot, por otro un «Ángel». Si me preguntasen si querría salir a una lección todas las mañanas, respondería: «No». Preferiría hacer otra cosa: tengo que escribir y hablar, material interesante que procesar. Me gustaría relajarme, tal vez, unas vacaciones, aislarme en algún lugar lejano, vagar por la naturaleza y pensar en algo propio.
Pero tengo absolutamente claro que no tengo derecho a hacerlo. Es decir, la importancia para mí es la misma que para los demás. Cuando estás en una conexión, en un sistema con otros, no puedes dividir, si es mejor para ti o mejor para ellos, o peor para ti o peor para ellos. Es un plato común del que todos reciben y llenan juntos.
Por supuesto, la fuerza viene de arriba, no de mí. No hay heroísmo en una persona; todo está dispuesto por el Creador. Recuerdo a mi maestro, que con dificultad, literalmente gateando, iba a la lección. ¡Qué duro era para él! Cansado, con los ojos cerrados. En aquella época ya tenía 84 años. Yo le preparaba café fuerte, agua fría e intentaba animarle de alguna manera.
Bajábamos a la clase con él, me sentaba a su lado, le encendía un cigarrillo, le servía café, encendía la grabadora, y le veía cobrar vida, simplemente cobrar vida. Para él, las palabras eran como tubos a través de los cuales le llegaba la fuerza vital. Vi cómo decía «¡Ah!» y volvía a la vida, y en cinco o diez minutos, veíamos a una persona completamente distinta, que ya volaba.
Por supuesto, no se trata de fuerzas propias, sino de la luz Superior que nos sostiene. Por lo tanto, no puedo atribuirme nada de lo que hago; aquí no hay nada mío, ningún mérito propio. Cuando revelemos el mundo Superior, veremos que no tenemos absolutamente nada que ver con él. No eres tú, ni nadie, sino la manifestación de un deseo creado que se siente así en este momento.
Y entonces todas estas sensaciones: Yo, los otros, él, nosotros, todas las dudas, colisiones internas y fluctuaciones se funden en un todo único cuando «No hay nadie más aparte de Él», aparte del Creador. Y se vuelve absolutamente claro para una persona que no tiene nada que ver con nada de eso en absoluto, ni bueno ni malo.
Por lo tanto, hacerse tan transparente que cumplas la voluntad Superior es el enfoque más fiable durante la lección. Se trata de inmensos sufrimientos internos, dudas, ataques mutuos del egoísmo contra otra cosa. Poco a poco revelas dentro de ti un egoísmo aún mayor y evasiones y justificaciones aún mayores. Es natural. Pero ésta es precisamente la oportunidad de ahondar aún más, y allí, en lo más profundo, descubrir al Creador mismo.
Pregunta:
¿Cuál es entonces nuestra elección?
Mi Respuesta:
Ser así, y nada más, es decir, absolutamente transparente, inexistente. Esto es lo que conlleva la fusión completa, pero se consigue por encima del egoísmo que no desaparece.
Muy interesante Fortalecer la influencia del ángel bueno
